Las erogaciones que realizan los organismos públicos para adquirir bienes y servicios, o las transferencias de recursos a los diferentes agentes económicos forman en conjunto el Gasto Público. Todas estas transacciones tienen lugar con el fin de llevar adelante las acciones que tienen que ver con la provisión de bienes y servicios públicos, las metas que se impone el Estado y las políticas que pone en ejecución.
A los fines de analizar de qué manera se asignan los recursos de la provincia, es necesario abordar el gasto en función de algún criterio de clasificación. Cada clasificación del gasto consiste en una forma de ordenar y presentar la información presupuestaria.
A los fines de analizar de qué manera se asignan los recursos de la provincia, es necesario abordar el gasto en función de algún criterio de clasificación. Cada clasificación del gasto consiste en una forma de ordenar y presentar la información presupuestaria.
¿Para qué se gasta?
Una clasificación posible del gasto es aquella que nos indica cuáles son las necesidades de la comunidad que se atienden y en qué cuantía se le asignan recursos. En ocasiones necesitamos tener la información desagregada de tal manera que podamos determinar precisamente qué se hace, qué acción se lleva adelante con los recursos. O bien, lo que es lo mismo, responder a la pregunta: ¿Para qué se gasta?
El clasificador por finalidades y funciones es el que responde a esta pregunta. La finalidad hace referencia a los propósitos esenciales a los que se asigna el gasto. Luego, cada una de estas finalidades se cumple mediante la realización de funciones, es decir, de un conjunto de acciones generales y homogéneas. Es por ello que esta clasificación del gasto se denomina “Clasificador Finalidad–Función”.